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¡Feliz 12 de mayo! ¡Feliz Día Internacional de la Enfermería!

 

Este 12 de mayo, Día Internacional de las Enfermeras, es también el 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, fundadora de la enfermería moderna. Además, el año 2020 ha sido nombrado por la Organización Mundial de la Salud como “Año de las Enfermeras y Matronas” y es último año de la campaña Internacional NurisngNow. 

Por todo ello, este 12 de mayo estaba destinado a ser muy especial. Pero la pandemia de COVID19 ha hecho que cambiemos o dejemos de lado nuestros planes. Las enfermeras, desde primera línea de batalla, nos hemos enfrentado al virus, al colapso de los centros sanitarios, a la falta de personal y de medios de protección, manteniendo la dignidad de nuestros pacientes y la calidad y seguridad en los cuidados. Como hemos hecho siempre.

Esta pandemia que lo ha cambiado prácticamente todo, debe hacernos reflexionar también sobre el estado las enfermeras y su papel en el sistema sanitario. 

¿Imaginas que hubiera pasado si para afrontar la actual pandemia de coronavirus no hubiéramos tenido suficientes enfermeras? 

Sin los cuidados de enfermería los resultados de la pandemia hubieran sido mucho más catastróficos. Y es que, como demuestran numerosos estudios, una adecuada dotación de enfermeras mejora los resultados de los pacientes en términos de mortalidad, eventos adversos, infecciones nosocomiales, reingresos y duración de la hospitalización, lo cual, además, produce una disminución del gasto sanitario. De hecho, la investigación ha demostrado que al aumentar un 10% el número de enfermeras a pie de cama de un hospital, se produce un descenso de la mortalidad del 7%. 

Sin embargo, en un futuro no muy lejano podríamos vernos obligados a afrontar las crisis sanitarias sin las enfermeras necesarias, ya que, según la OMS, se estima un déficit de enfermeras de 9 millones para el año 2030. Con semejante déficit, ni siquiera daríamos abasto para atender los cuidados habituales que precisa la población. 

La pandemia de COVID19 ha dado una visibilidad inesperada al trabajo de las enfermeras, que se han mostrado imprescindibles en la batalla contra el virus. También ha puesto de manifiesto muchas de las carencias que sufrimos desde años: contratos precarios, falta de medios, ratios inadecuados, dificultad para conciliar, falta de reconocimiento, etc. Estos problemas, que se han vuelto crónicos de nuestra profesión y que parecen empeorar cada año, nos impiden trabajar al máximo de nuestro potencial y esto repercute en los resultados de nuestros pacientes y en la salud de la población general. 

El sistema sanitario se enfrenta a grandes retos como cambios epidemiológicos y sociales, el auge de las enfermedades crónicas, la salud mental o el envejecimiento de la población. Para dar una respuesta adecuada a estos retos, es necesario que los sistemas sanitarios cambien 

 

radicalmente de enfoque y pasen de la perspectiva biomédica centrada en la enfermedad y liderada habitualmente por los médicos, a una perspectiva mas colaborativa y multidisciplinar donde el centro de la atención sea ocupado por el paciente. 

La Enfermería, como ciencia biopsicosocial basada en la investigación y la evidencia, en cuyo núcleo esta la comprensión humana y el cuidado a las personas desde un enfoque holístico, esta especialmente capacitada para propiciar y liderar los cambios que necesitan los sistemas sanitarios para llevar a la población hacia una mejor salud y calidad de vida. 

Las enfermeras son las profesionales de la salud mas numerosas dentro del sistema sanitario y forman su columna vertebral. Sin embargo, como señala el Informe Triple Impacto, su labor es invisibilizada e infravalorada, no se les permite trabajar al máximo de sus competencias y no se les tiene en cuenta en las decisiones políticas y de planificación que afectan a la salud. Este informe afirma que, elevar el perfil de la Enfermería y permitir a las enfermeras trabajar a su máximo potencial, tendrá un triple impacto, mejorando la salud de la población, la igualad de género y las economías locales. 

No contar con los conocimientos de las enfermeras, desde los puestos asistenciales hasta los de gestión y la política, es privar a la población de mejoras en su salud y bienestar. Como ha afirmado Dr. Tedros, director de la OMS, “Sencillamente no podemos lograr la cobertura sanitaria universal y los ODS relacionados con la salud sin empoderar y equipar a las enfermeras y las matronas y sin aprovechar su poder.”

Las enfermeras estamos preparadas y dispuestas para para aportar todo nuestro conocimiento y experiencia a la sociedad. Pero no podemos hacerlo solas. Necesitamos el apoyo de la población, de los líderes sanitarios y de los políticos. 

Invertir en las enfermeras reportará grandes beneficios a la sociedad. Por eso pedimos que los responsables de las políticas sanitarias, los políticos y otros líderes sanitarios trabajen junto a las enfermeras para impulsar los cambios radicales que precisa la enfermería con el objetivo de elevar el perfil de la profesión, modificar los estereotipos que la rodean y para que a las enfermeras se les permita trabajar a su máximo potencial. 

Es fundamental incluir a las enfermeras en las decisiones políticas sobre la salud para no perder su valiosa aportación. Analizar las causas por las cuales se está generando el déficit de enfermeras y buscar soluciones debería ser una prioridad. 

Si los políticos quieren mejorar la salud de la población, conseguir la cobertura universal de la salud y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, deben escuchar y cuidar a las enfermeras. 

Cuidar de las enfermeras es cuidar de la salud de la población. 

 

Leticia Bernués Caudillo

Miembro del grupo Local NursingNowMadrid y

de la Asociación Madrileña de Enfermería.

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